La asociación europea de fundaciones Philea – Asociación Europea de Filantropía – ha destacado a la Fundación Antonio Aranzábal como Fundación ejemplar en la promoción de políticas de inversiones ambientales de las fundaciones comprometidas con la lucha contra el cambio climático.
En su informe “Feeling the Heat: How Foundations Can Use their Investments to Curb Climate Change” la prestigiosa Philea, analiza a las mejores fundaciones europeas que, a su juicio, están llevando a cabo acciones relevantes para que otras análogas de sectores dispares se comprometan a destinar recursos económicos en la lucha por paliar el cambio climático.
La Asociación Española de Fundaciones AEF se ha hecho eco, también, de este informe europeo de Philea y ha destacado que la Fundación Antonio Aranzábal sea considerada ejemplar de buenas prácticas para el conjunto de Fundaciones europeas. (Ver noticia)
En este exhaustivo estudio se ha analizado el papel de tres fundaciones europeas dedicadas a fomentar políticas de inversiones ambientales entre otras fundaciones. Además de la Fundación Antonio Aranzábal, las otras dos entidades analizadas por Philea son: Barrow Cadbury Trust; (Reino Unido) y Nordea-Fonden; (Dinamarca).
En este amplio informe, publicado a nivel europeo, se ponen en valor las buenas prácticas e iniciativas de estas 3 Fundaciones, con el propósito de alentar a otras a invertir su patrimonio y sus activos de una manera que tengan en cuenta el cambio climático y busquen alinearse con una transición rápida y justa hacia una economía descarbonizada.
Puedes acceder al informe en inglés
Incorporar la conciencia por el cambio climático
Una de las nuevas líneas estratégicas que está desarrollando la Fundación Antonio Aranzábal (FAA) es la de dar a conocer e impulsar, entre distintas fundaciones y organizaciones, la incorporación de inversiones ambientales reales que hagan frente al cambio climático. Un reto mundial que supone ya una de las mayores preocupaciones de la población y que atañe a todos los sectores.
Un reto que la Fundación entiende debe y puede ser abordado desde las instituciones, empresas y organismos de toda índole, entre ellas las fundaciones. Es por ello que la FAA, está promoviendo y desarrollando un programa que incentive a las fundaciones a coparticipar en inversiones destinadas a revertir el cambio climático. Y para ello, opera como miembro de Fundaciones por el Clima y en el Fondo de Fundaciones de Impacto que tiene en cuenta, además del cambio climático, otras acciones de impacto social.
Nuevos retos estratégicos de la Fundación
La FAA tiene entre sus objetivos, entre otros, desarrollar iniciativas y programas que promocionen y den soporte a las necesidades de las empresas familiares de nuestro entorno, promover e incorporar a jóvenes universitarios en las mismas, realizar investigaciones y publicaciones del ámbito de la empresa familiar. Todo ello, desde la convicción de que las empresas familiares contribuyen muy positivamente en la transformación social y económica de nuestro territorio.
Para ello, tiene establecidas alianzas estratégicas con la Universidad de Deusto, la Universidad de Navarra -Tecnum-, Rural Kutxa o Novia Salcedo entre otras y mantiene, también, lineas de colaboración abiertas con otras fundaciones, asociaciones, instituciones y empresas. Y desde ese compromiso filantrópico hacia la empresa familiar, quiere extender la concienciación por la sostenibilidad (ya lo hace con una Cátedra sobre sostenibilidad con la Universidad de Navarra) y el cambio climático, tanto en su ámbito de actuación, (que es la empresa familiar) como a otros espacios en los que operen otras fundaciones.
Fondo de Fundaciones de Impacto
En consecuencia como promotora de valores, buenas prácticas y desde un carácter filantrópico, la Fundación Antonio Aranzábal participa en el Fondo de Fundaciones de Impacto a fin de estimular a las entidades no lucrativas para que destinen parte de su capital a fortalecer proyectos de alto impacto a través de la venture philanthropy y la inversión de impacto. La lucha contra el cambio climático que auspicia la FAA se entronca en este propósito. Así, la Fundación Antonio Aranzábal es miembro, también, de Fundaciones por el Clima.
Desde la Fundación, Jokin Aranzábal, señala que «esperamos que esta publicación de Philea» donde se analiza a tres fundaciones europeas, muy dispares en cuanto a su propósito, localización y estructura «sirva para visibilizar cómo desde Fundaciones que no tenemos el clima como eje, podemos alinear nuestras inversiones en la concienciación climática e impactar positivamente tanto en la sociedad como en el medioambiente«.